EL PACTO RENOVADO
Éx. 33:15-17. Pero Moisés respondió: «Si tú no vas a venir conmigo, no nos saques de aquí. ¿Cómo vamos a saber tu pueblo y yo que en verdad me he ganado tu favor? ¡Lo sabremos sólo si vienes con nosotros, y sólo si tu pueblo y yo somos apartados de todos los pueblos que hay sobre la faz de la tierra!» El Señor le dijo a Moisés: «Tan cierto es que te has ganado mi favor, y que te conozco por nombre, que voy a hacer lo que me has pedido.»
Éx. 34. El pacto renovado
Advertencia contra la idolatría de Canaán
Fiestas anuales
Moisés y las tablas de la ley
Éx. 35. La ofrenda para el tabernáculo
Éx. 36-39. Construcción del tabernáculo
Éx. 31:1-5. El Señor habló con Moisés, y le dijo: «Mira, yo he llamado por su nombre a Besalel hijo de Uri, hijo de Jur, de la tribu de Judá. Lo he llenado del espíritu de Dios en sabiduría, inteligencia y ciencia, y en todo arte, para crear nuevos diseños y trabajar en oro, plata y bronce, y en el arte de engastar piedras preciosas y de trabajar la madera, y de realizar toda clase de trabajos.
LOS UTENSILIOS Y EL TABERNÁCULO
El altar de bronce
La fuente de bronce
El candelabro de oro
La mesa de los panes de la proposición
El altar del incienso
El arca del pacto
El tabernáculo
EL SACERDOCIO LEVÍTICO
Núm. 3:12-13. «De entre los hijos de Israel yo he tomado a los levitas en lugar de todos los primogénitos israelitas, así que los levitas son míos. De hecho, todo primogénito es mío. Desde el día en que les quité la vida a todos los primogénitos egipcios, consagré para mí a todos los primogénitos en Israel, y son míos, lo mismo hombres que animales. Yo soy el Señor.»
El sumo sacerdote
Los sacerdotes
Los levitas
Los sacrificios
Hebreos 9-10. Ahora bien, incluso el primer pacto tenía reglas para el culto, y un santuario terrenal. En efecto, el tabernáculo estaba dispuesto así: en la primera parte, llamada el Lugar Santo, estaban el candelabro, la mesa y los panes de la proposición. Tras el segundo velo estaba la parte del tabernáculo llamada el Lugar Santísimo, el cual tenía un incensario de oro y el arca del pacto, totalmente recubierta de oro; en el arca había una urna de oro que contenía el maná, la vara de Aarón que reverdeció, y las tablas del pacto. Por encima del arca estaban los querubines de la gloria, los cuales cubrían el propiciatorio. Pero de esto no se puede hablar ahora en detalle.
Con todo esto dispuesto así, los sacerdotes entran continuamente en la primera parte del tabernáculo para celebrar los oficios del culto; pero en la segunda parte entra únicamente el sumo sacerdote, y esto sólo una vez al año, y siempre llevando sangre, la cual ofrece por sí mismo y por los pecados involuntarios que el pueblo comete. Con esto el Espíritu Santo nos da a entender que, mientras la primera parte del tabernáculo siga en pie, el camino que lleva al Lugar Santísimo aún no estará abierto. Todo esto es un símbolo para el tiempo presente, de que las ofrendas y sacrificios que allí se presentan no pueden perfeccionar la conciencia de los que adoran así, ya que tienen que ver sólo con comidas y bebidas, y con diversas ceremonias de purificación y ordenanzas externas, cuyo valor tiene vigencia hasta que llegue el tiempo de reformarlo todo.
Pero Cristo vino ya, y es el sumo sacerdote de los bienes venideros, a través del tabernáculo más amplio y más perfecto, el cual no ha sido hecho por los hombres, es decir, que no es de esta creación, y no por medio de la sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por medio de su propia sangre. Entró una sola vez y para siempre en el Lugar Santísimo, y así obtuvo para nosotros la redención eterna. Si la sangre de los toros y de los machos cabríos, y las cenizas de la becerra rociadas sobre los impuros, santifican para la purificación de la carne, ¡cuánto más la sangre de Cristo, que por medio del Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará de obras muertas nuestra conciencia, para que sirvamos al Dios vivo!
LA NUBE DE LA GLORIA
Éx. 40:34-38. Entonces una nube cubrió el tabernáculo de reunión, y la gloria de Jehová llenó el tabernáculo. Y no podía Moisés entrar en el tabernáculo de reunión, porque la nube estaba sobre él, y la gloria de Jehová lo llenaba. Y cuando la nube se alzaba del tabernáculo, los hijos de Israel se movían en todas sus jornadas; pero si la nube no se alzaba, no se movían hasta el día en que ella se alzaba. Porque la nube de Jehová estaba de día sobre el tabernáculo, y el fuego estaba de noche sobre él, a vista de toda la casa de Israel, en todas sus jornadas.
La nube guiando a Israel
Sal. 132:8-9. Levántate, oh Jehová, al lugar de tu reposo, Tú y el arca de tu poder. Tus sacerdotes se vistan de justicia, y se regocijen tus santos.
EL TABERNÁCULO Y EL ARCA
Éx. 40. Moisés erige el tabernáculo en Sinaí.
Dt. 2. Israel en Cades-barnea (38 años)
Jos. 3-5. Israel cruza el Jordán y acampa en Gilgal.
Jos. 6. Israel toma Jericó; el arca está presente.
Jos. 18. Israel levanta el tabernáculo en Silo.
1 S. 4. El arca es llevada por los filisteos a Asdod (templo de Dagón), Gat y Ecrón.
1 S. 6. Los filisteos devuelven el arca en Bet-Semes; mueren 50,070 curiosos.
1 S. 7. El arca en casa de Abinadab en Quiriat-jearim (20 años)
1 S. 21. David huye de Saúl al tabernáculo en Nob.
1 Cr. 21. El tabernáculo en Gabaón (Benjamín)
1 Cr. 21. El tabernáculo en Gabaón (Benjamín)
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