Friday, July 3, 2015

5. LA FIESTA DE TABERNÁCULOS

Deuteronomio 16:13-17. La fiesta solemne de los tabernáculos harás por siete días, cuando hayas hecho la cosecha de tu era y de tu lagar. Y te alegrarás en tus fiestas solemnes, tú, tu hijo, tu hija, tu siervo, tu sierva, y el levita, el extranjero, el huérfano y la viuda que viven en tus poblaciones. Siete días celebrarás fiesta solemne a Jehová tu Dios en el lugar que Jehová escogiere; porque te habrá bendecido Jehová tu Dios en todos tus frutos, y en toda la obra de tus manos, y estarás verdaderamente alegre. Tres veces cada año aparecerá todo varón tuyo delante de Jehová tu Dios en el lugar que él escogiere: en la fiesta solemne de los panes sin levadura, y en la fiesta solemne de las semanas, y en la fiesta solemne de los tabernáculos. Y ninguno se presentará delante de Jehová con las manos vacías; cada uno con la ofrenda de su mano, conforme a la bendición que Jehová tu Dios te hubiere dado.

Levítico 23:40-43. El primer día tomarán frutos de los mejores árboles, ramas de palmera, de árboles frondosos y de sauces de los arroyos, y durante siete días se regocijarán en presencia del Señor su Dios. Cada año, durante siete días, celebrarán esta fiesta en honor al Señor. La celebrarán en el mes séptimo. Éste será un estatuto perpetuo para las generaciones venideras. Durante siete días vivirán bajo enramadas. Todos los israelitas nativos vivirán bajo enramadas, para que sus descendientes sepan que yo hice vivir así a los israelitas cuando los saqué de Egipto. Yo soy el Señor su Dios.

  • 15 del mes hebreo de Tishri (séptimo mes del calendario hebreo; finales de septiembre hasta mediados de octubre de nuestro calendario).
  • La fiesta comienza cinco días después del Día de la Expiación, cuando ha concluido la cosecha de otoño.
  • Inicia y termina con un día de reposo, cuando los israelitas dejan de trabajar para adorar a Dios.
  • Es una de las fiestas de peregrinación - los varones judíos suben a Jerusalén, trayendo sus diezmos y ofrendas al Templo.
  • Viven bajo enramadas - tabernáculos, cabañas temporales - como remembranza de la peregrinación de Israel en el desierto.
  • Las enramadas son construidas con 4 especies de árboles.
  • Los israelitas celebran la provisión de Dios
    • en la cosecha actual
    • durante los 40 años en el desierto

EVENTOS BÍBLICOS IMPORTANTES

Dedicación del Templo de Salomón (1 Reyes 8: 2)

Esdras lee la ley a los judíos que reconstruyeron el templo (Nehemías 8)


Juan 1:14. Y el Verbo se hizo hombre y habitó entre nosotros. Y hemos contemplado su gloria, la gloria que corresponde al Hijo unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad.

Juan 7:37-39. Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva.

La segunda venida de Cristo

EN JERUSALÉN HOY EN DÍA

Sep 27 - Oct 2, 2015









¿QUÉ SIGNIFICA PARA NOSOTROS?

Juan 4:20-26. Nuestros padres adoraron en este monte, y ustedes dicen que el lugar donde se debe adorar es Jerusalén.» Jesús le dijo: «Créeme, mujer, que viene la hora cuando ni en este monte ni en Jerusalén adorarán ustedes al Padre. Ustedes adoran lo que no saben; nosotros adoramos lo que sabemos; porque la salvación viene de los judíos. Pero viene la hora, y ya llegó, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre busca que lo adoren tales adoradores. Dios es Espíritu; y es necesario que los que lo adoran, lo adoren en espíritu y en verdad.» Le dijo la mujer: «Yo sé que el Mesías, llamado el Cristo, ha de venir; y que cuando él venga nos explicará todas las cosas.» Jesús le dijo: «Yo soy, el que habla contigo.»
  • El Señor nos sacó de Egipto - Jesucristo nos liberó de la esclavitud del pecado y de nuestro enemigo.
  • El Señor nos protege y provee para nosotros en el desierto - en nuestra peregrinación por esta vida.
  • Esperamos el reinado justo del Mesías en la Tierra Prometida - que Jesucristo regrese de nuevo a habitar entre nosotros en forma corporal y establezca Su Reino.

Friday, June 26, 2015

4. EL TABERNÁCULO DE DIOS



He. 8:5. [Los sacerdotes levíticos] sirven a lo que no es más que modelo y sombra de las cosas celestiales, tal y como se le advirtió a Moisés cuando iba a levantar el tabernáculo: «Ten cuidado de hacer todas las cosas según el modelo que se te ha mostrado en el monte.»

Jer. 3:16. Y cuando ustedes se hayan multiplicado y reproducido en la tierra, no volverá a decirse: ‘Arca del pacto del Señor’. No volverán a evocarla; ¡no volverán a acordarse de ella, ni la echarán de menos! ¡Tampoco volverá a hacerse otra! —Palabra del Señor.

He. 11: 9-10. Por la fe, [Abraham] habitó en la tierra prometida como un extraño en tierra extraña, y vivió en tiendas con Isaac y Jacob, quienes eran coherederos de la misma promesa; porque esperaba llegar a la ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios.

Jn. 14:2. En el hogar de mi Padre hay muchas viviendas; si no fuera así, ya se lo habría dicho a ustedes. Voy a prepararles un lugar.

2 Co. 5:1. Porque sabemos que si nuestra morada terrestre, este tabernáculo, se deshiciere, tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha de manos, eterna, en los cielos.

APOCALIPSIS
1     La revelación de Jesucristo
       Salutaciones a las siete iglesias
       Una visión del Hijo del Hombre

2     Mensajes a las siete iglesias:
       El mensaje a Efeso
       El mensaje a Esmirna
       El mensaje a Pérgamo
       El mensaje a Tiatira

3     El mensaje a Sardis
       El mensaje a Filadelfia
       El mensaje a Laodicea

4     La adoración celestial
1 Después de esto, miré y vi que en el cielo había una puerta abierta. Entonces la voz que antes había escuchado, y que era como el sonido de una trompeta, me dijo: «Sube acá y te mostraré lo que va a suceder después de esto.» 2 Al instante quedé bajo el poder del Espíritu y vi que en el cielo había un trono, y que alguien estaba sentado en él. 3 El que estaba sentado en el trono tenía el aspecto de una piedra de jaspe y de cornalina. Alrededor del trono había un arco iris, semejante a la esmeralda. 4 Alrededor del trono había veinticuatro tronos, y en ellos estaban sentados veinticuatro ancianos, vestidos de ropas blancas y con sendas coronas de oro en la cabeza. 5 Del trono salían voces, relámpagos y truenos; y delante del trono ardían siete antorchas de fuego, que son los siete espíritus de Dios.
6 Delante del trono había algo que parecía un mar de vidrio semejante al cristal, y en el centro, alrededor del trono, había cuatro seres vivientes que tenían ojos por delante y por detrás. 7 El primer ser viviente parecía un león, el segundo parecía un becerro, el rostro del tercero era semejante al de un hombre, y el cuarto parecía un águila en vuelo. 8 Cada uno de los cuatro seres vivientes tenía seis alas, y estaba lleno de ojos por fuera y por dentro. Día y noche no cesaban de decir: «Santo, santo, santo es el Señor Dios Todopoderoso, el que era, el que es, y el que ha de venir.» 9 Cada vez que aquellos seres vivientes daban gloria, honra y acción de gracias al que estaba sentado en el trono y que vive por los siglos de los siglos, 10 los veinticuatro ancianos se postraban delante de él y lo adoraban, y mientras ponían sus coronas delante del trono del que vive por los siglos de los siglos, decían: 11 «Digno eres, Señor, de recibir la gloria, la honra y el poder; porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas.»

5     El rollo y el Cordero

6     Los sellos
9 Al abrir el Cordero el quinto sello, debajo del altar vi a las almas de los que habían muerto por causa de la palabra de Dios y de su testimonio. 10 A gran voz decían: «Señor santo y verdadero, ¿hasta cuándo seguirás sin juzgar a los habitantes de la tierra y sin vengar nuestra sangre? 11 Entonces se les dieron vestiduras blancas, y se les dijo que descansaran todavía un poco más de tiempo, hasta que se completara el número de sus consiervos y hermanos, que también sufrirían la muerte como ellos.

7     Los 144 mil sellados
       La multitud vestida de ropas blancas
9 Después de esto miré, y he aquí una gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas, y con palmas en las manos; 10 y clamaban a gran voz, diciendo: La salvación pertenece a nuestro Dios que está sentado en el trono, y al Cordero.
11 Y todos los ángeles estaban en pie alrededor del trono, y de los ancianos y de los cuatro seres vivientes; y se postraron sobre sus rostros delante del trono, y adoraron a Dios, 12 diciendo: Amén. La bendición y la gloria y la sabiduría y la acción de gracias y la honra y el poder y la fortaleza, sean a nuestro Dios por los siglos de los siglos. Amén.
13 Entonces uno de los ancianos habló, diciéndome: Estos que están vestidos de ropas blancas, ¿quiénes son, y de dónde han venido? 14 Yo le dije: Señor, tú lo sabes. Y él me dijo: Estos son los que han salido de la gran tribulación, y han lavado sus ropas, y las han emblanquecido en la sangre del Cordero. 15 Por esto están delante del trono de Dios, y le sirven día y noche en su templo; y el que está sentado sobre el trono extenderá su tabernáculo sobre ellos. 16 Ya no tendrán hambre ni sed, y el sol no caerá más sobre ellos, ni calor alguno; 17 porque el Cordero que está en medio del trono los pastoreará, y los guiará a fuentes de aguas de vida; y Dios enjugará toda lágrima de los ojos de ellos.

8     El séptimo sello

9     Las trompetas

10   El ángel con el librito

11   Los dos testigos
1 Entonces se me dio una caña, parecida a una vara de medir, y se me dijo: «Levántate y mide el templo de Dios y el altar, y cuenta a los que adoran en él.
       La séptima trompeta
15 Cuando el séptimo ángel tocó su trompeta, se oyeron fuertes voces en el cielo, que decían: «Los reinos del mundo han llegado a ser de nuestro Señor y de su Cristo; y él reinará por los siglos de los siglos.» 16 Entonces los veinticuatro ancianos que estaban sentados en sus tronos delante de Dios, inclinaron su rostro y adoraron a Dios. 17 Decían:
«Te damos gracias, Señor Dios Todopoderoso,
el que eres, y el que eras,
porque has tomado tu gran poder
y has comenzado a reinar.
18 Las naciones se han enfurecido,
pero ha llegado tu ira,
el tiempo de juzgar a los muertos
y de recompensar a tus siervos los profetas,
a los santos y a los que temen tu nombre,
lo mismo grandes que pequeños,
y de destruir a los que destruyen la tierra.»
19 En ese momento el templo de Dios se abrió en el cielo, y en él se veía el arca de su pacto. Hubo entonces relámpagos, voces, truenos, un terremoto y una granizada impresionante.

12   La mujer y el dragón

13   Las dos bestias

14   El cántico de los 144 mil
1 Miré, y vi que el Cordero estaba de pie sobre el monte de Sión, y que con él había ciento cuarenta y cuatro mil personas, las cuales tenían inscritos en la frente el nombre de él y el de su Padre. 2 Entonces oí una voz que venía del cielo, semejante al estruendo de un poderoso caudal de agua, y al sonido de un fuerte trueno. La voz que oí parecía ser la de arpistas que tocaban sus arpas. 3 Estaban ante el trono, delante de los cuatro seres vivientes y de los ancianos, y cantaban un cántico nuevo, que nadie más podía aprender sino los ciento cuarenta y cuatro mil que habían sido redimidos de la tierra. 4 Éstos son los que jamás tuvieron contacto con mujeres, pues son vírgenes, y son los que siguen al Cordero por dondequiera que va. Fueron redimidos de entre toda la gente como los primeros frutos para Dios y para el Cordero. 5 No se halló en sus labios mentira alguna, pues son irreprochables. 
       El mensaje de los tres ángeles
       La tierra es segada

15   Los ángeles con las siete postreras plagas
1 En el cielo vi otra señal, grande y asombrosa: Eran siete ángeles, que tenían las siete últimas plagas, con las cuales la ira de Dios quedaba satisfecha.
2 Vi también lo que parecía ser un mar de cristal mezclado con fuego; allí, sobre el mar de cristal, y con las arpas que Dios les había dado, estaban los que habían logrado vencer a la bestia y a su imagen, y a su marca y el número de su nombre. 3 Entonaban el cántico de Moisés, el siervo de Dios, y también el cántico del Cordero. Decían:
«¡Grandes y maravillosas son tus obras,
Señor Dios Todopoderoso!
¡Justos y verdaderos son tus caminos,
Rey de las naciones!
4 ¿Quién no te temerá, Señor?
¿Quién no glorificará tu nombre?
¡Sólo tú eres santo!
Por eso todas las naciones
vendrán y te adorarán,
porque tus juicios se han manifestado.»
5 Después de esto miré, y vi que en el cielo se abrió el templo donde está el tabernáculo del testimonio. 6 Del templo salieron los siete ángeles en posesión de las siete plagas. Estaban vestidos de un lino limpio y resplandeciente, y alrededor del pecho llevaban cintos de oro. 7 Uno de los cuatro seres vivientes entregó a los siete ángeles sendas copas de oro, llenas de la ira de Dios, que vive por los siglos de los siglos. 8 El templo se llenó de humo por causa de la gloria de Dios y de su poder; y nadie podía entrar en el templo hasta que se cumplieran las siete plagas de los siete ángeles.

16   Las copas de ira

17   Condenación de la gran ramera

18   La caída de Babilonia

19   Alabanzas en el cielo
1 Después de esto, oí en el cielo la potente voz de una gran multitud que decía: «¡Aleluya! La salvación, la honra, la gloria y el poder son de nuestro Dios, 2 porque sus juicios son justos y verdaderos. Ha condenado a la gran ramera, que con su inmoralidad sexual ha corrompido a la tierra, y ha vengado la sangre de sus siervos, que fue derramada por ella.» 3 Y una vez más dijeron: «¡Aleluya! El humo de ella sube por los siglos de los siglos.» 4 Los veinticuatro ancianos y los cuatro seres vivientes se inclinaron y adoraron a Dios, que estaba sentado en el trono, mientras decían: «¡Amén! ¡Aleluya!» 5 Del trono salió entonces una voz, que decía: «¡Alaben a nuestro Dios todos sus siervos, los que le temen, los grandes y los pequeños!» 6 También oí una voz que parecía el rumor de una gran multitud, o el estruendo de muchas aguas, o el resonar de poderosos truenos, y decía: «¡Aleluya! ¡Reina ya el Señor, nuestro Dios Todopoderoso! 7 ¡Regocijémonos y alegrémonos y démosle gloria! ¡Ha llegado el momento de las bodas del Cordero! Ya su esposa se ha preparado, 8 y se le ha concedido vestirse de lino fino, limpio y refulgente.» Y es que el lino fino simboliza las acciones justas de los santos.
       La cena de las bodas del Cordero
       El jinete del caballo blanco

20   Los mil años
       El juicio ante el gran trono blanco

21   Cielo nuevo y tierra nueva
1 Vi entonces un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra habían dejado de existir, y el mar tampoco existía ya. 2 Vi también que la ciudad santa, la nueva Jerusalén, descendía del cielo, de Dios, ataviada como una novia que se adorna para su esposo. 3 Entonces oí que desde el trono salía una potente voz, la cual decía: «Aquí estáel tabernáculo de Dios con los hombres. Él vivirá con ellos, y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos y será su Dios. 4 Dios enjugará las lágrimas de los ojos de ellos, y ya no habrá muerte, ni más llanto, ni lamento ni dolor; porque las primeras cosas habrán dejado de existir.
5 El que estaba sentado en el trono dijo: «Mira, yo hago nuevas todas las cosas.» Y me dijo: «Escribe, porque estas palabras son fieles y verdaderas.» 6 También me dijo: «Ya está hecho. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tenga sed, yo le daré a beber gratuitamente de la fuente del agua de la vida. 7 El que salga vencedor heredará todas las cosas, y yo seré su Dios y él será mi hijo. 8 Pero los cobardes, los incrédulos, los abominables, los homicidas, los que incurren en inmoralidad sexual, los hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda.

       La nueva Jerusalén



22   La venida de Cristo está cerca

16 «Yo, Jesús, he enviado a mi ángel para que les dé a ustedes testimonio acerca de estas cosas, que tratan de las iglesias. Yo soy la raíz y el linaje de David, la estrella resplandeciente de la mañana.»
17 Y el Espíritu y la Esposa dicen: «¡Ven!» Y el que oiga, que diga: «¡Ven!» Y el que tenga sed, que venga; y el que quiera, que tome gratuitamente del agua de la vida.
20 El que da testimonio de estas cosas dice: «Ciertamente, vengo pronto.» Amén. ¡Ven, Señor Jesús! 21 Que la gracia del Señor Jesucristo sea con todos. Amén.

Ef. 2:11-22. 11 Por lo tanto ustedes, que por nacimiento no son judíos, y que son llamados «incircuncisos» por los que desde su nacimiento han sido físicamente circuncidados, deben recordar esto: 12 En aquel tiempo ustedes estaban sin Cristo, vivían alejados de la ciudadanía de Israel y eran ajenos a los pactos de la promesa; vivían en este mundo sin Dios y sin esperanza. 13 Pero ahora, en Cristo Jesús, ustedes, que en otro tiempo estaban lejos, han sido acercados por la sangre de Cristo. 14 Porque él es nuestra paz. De dos pueblos hizo uno solo, al derribar la pared intermedia de separación 15 y al abolir en su propio cuerpo las enemistades. Él puso fin a la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en sí mismo, de los dos pueblos, una nueva humanidad, haciendo la paz, 16 y para reconciliar con Dios a los dos en un solo cuerpo mediante la cruz, sobre la cual puso fin a las enemistades. 17 Él vino y a ustedes, que estaban lejos, les anunció las buenas nuevas de paz, lo mismo que a los que estaban cerca. 18 Por medio de él, unos y otros tenemos acceso al Padre en un mismo Espíritu. 19 Por lo tanto, ustedes ya no son extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos y miembros de la familia de Dios, 20 y están edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, cuya principal piedra angular es Jesucristo mismo. 21 En Cristo, todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para llegar a ser un templo santo en el Señor; 22 en Cristo, también ustedes son edificados en unión con él, para que allí habite Dios en el Espíritu.
 

Friday, June 12, 2015

La Música

Música:

  1. Arte de combinar los sonidos de la voz humana o de los instrumentos, o de unos y otros a la vez, de suerte que produzcan deleite.
  2. Melodía, ritmo y armonía, combinados.
Job 38:6-7. ¿Quién puso su piedra angular mientras cantaban a coro las estrellas matutinas y todos los ángeles gritaban de alegría?

INSTRUMENTOS MUSICALES EN LA BIBLIA

Ezequiel 28:13-16En Edén, en el huerto de Dios estuviste; de toda piedra preciosa era tu vestidura; de cornerina, topacio, jaspe, crisólito, berilo y ónice; de zafiro, carbunclo, esmeralda y oro; los primores de tus tamboriles y flautas estuvieron preparados para ti en el día de tu creación. Tú, querubín grande, protector, yo te puse en el santo monte de Dios, allí estuviste; en medio de las piedras de fuego te paseabas. Perfecto eras en todos tus caminos desde el día que fuiste creado, hasta que se halló en ti maldad. A causa de la multitud de tus contrataciones fuiste lleno de iniquidad, y pecaste; por lo que yo te eché del monte de Dios, y te arrojé de entre las piedras del fuego, oh querubín protector.

Génesis 4:21. Jubal fue padre de todos los que tocan arpa y flauta.

Salmo 150:3-6. Alábenlo con sonido de trompeta, alábenlo con el arpa y la lira. Alábenlo con panderos y danzas, alábenlo con cuerdas y flautas. Alábenlo con címbalos sonoros, alábenlo con címbalos resonantes. ¡Que todo lo que respira alabe al Señor! ¡Aleluya!

El tamboril, la zampoña, y las vihuelas, con una sola excepción (1 Cr. 13:8) aparece siempre en las Escrituras en un contexto despectivo o pagano (Job 17:6; 21:12; Is. 5:12; Dn. 3:5, 7, 10, 15; Ez. 28:13). La cítara aparece una vez con una connotación pagana (Job 21:12) y otra neutral (1 Co. 14:7). Se asume que no eran instrumentos originarios de Israel.

Daniel 3:5. … al oír el son de la bocina, de la flauta, del tamboril, del arpa, del salterio, de la zampoña y de todo instrumento de música, os postréis y adoréis la estatua de oro.

INSCRIPCIONES MUSICOLÓGICAS EN LA BIBLIA

Selah: Introducción a los cantores o músicos o que indica un cambio de cadencia musical (particularmente a una más suave).
Salmo 4: Al director musical. Acompáñese con instrumentos de cuerda. Salmo de David.
Salmo 9: Al tono de “La Muerte del Hijo”
Salmo 22: Al tono de “El Ciervo de la Mañana”
Salmos 45 y 69: Al tono de “Lirios”
Salmo 56: Al tono de “Una Paloma en Robles Distantes”
Salmos 57, 58 y 59 (de David) y 75 (de Asaf): Al tono de “No Destruyas”
Salmos 60 (de David) y 80 (de Asaf): Al tono de “El Lirio del Pacto”
Habacuc 3: Al jefe de los cantores, sobre mis instrumentos de cuerdas

LA MÚSICA EN LA IGLESIA

El Talmud muestra que un siglo después de la destrucción del templo de Salomón (599 a.C.), ya no sabían la ejecución original de los Salmos. El Nuevo Testamento no muestra que la iglesia primitiva usara instrumentos en el culto. (1 Co. 14:7-8 menciona la flauta, la cítara y la trompeta, pero no en el contexto del culto.)

Justino Martir (110-165 d.C.), filósofo convertido al cristianismo - Su Primer Apología (150 d.C.) contiene el registro más temprano que se preserva de un servicio cristiano. Intenta explicar al César los fundamentos de la fe Cristiana, desde su marco teológico hasta los pormenores de la asamblea semanal. Si bien su documento es bastante preciso, no hace mención alguna de la música.

Clemente de Alejandría (150-200 d.C.) - Enseñó que el uso de la música instrumental que estimulaba las pasiones carnales era pecaminoso no sólo en la iglesia sino en las actividades diarias.

Carlomagno - Durante su reino sobre lo que hoy es Francia, Alemania y Suiza surgió el canto gregoriano (en honor al Papa Gregorio el Grande) alrededor de los años 800 d.C. Carlomagno quería que la iglesia católica cantara los Salmos como lo hacían en Roma, así que primeramente se cantaban en latín. Se cantaba a capella y al unísono, sin armonías o acompañamientos, y dentro de una octava, dándole mayor importancia a las palabras que a la melodía. Por casi mil años, el canto gregoriano fue la única música usada en conexión a la liturgia.

Papa Vitalina (657-672 d.C.) - Incluyó en el culto el órgano, en su forma primitiva y rudimentaria. Fue el primer (y por mucho tiempo el único) instrumento usado para acompañar el canto. Aún así, hasta el siglo doce había una oposición generalizada al uso del órgano en la iglesia.

Cuando ocurre la Reforma todos estos están en registro en oposición a los instrumentos en la iglesia.

John Wesley: No tengo objeción a que haya un piano en la iglesia, siempre y cuando no se vea ni se oiga.

Los instrumentos no se aceptaron ampliamente en el mundo denominacional hasta alrededor del siglo 18.

MÚSICA Y PROFECÍA

Samuel 10:5. Encontrarás una compañía de profetas que descienden del lugar alto, y delante de ellos salterio, pandero, flauta y arpa, y ellos profetizando.

1 Samuel 16:18, 23. He aquí yo he visto a un hijo de Isaí de Belén, que sabe tocar, y es valiente y vigoroso y hombre de guerra, prudente en sus palabras, y hermoso, y Jehová está con él.
Y cuando el espíritu malo de parte de Dios venía sobre Saúl, David tomaba el arpa y tocaba con su mano; y Saúl tenía alivio y estaba mejor, y el espíritu malo se apartaba de él.

1 Crónicas 25:1-5. Asimismo David y los jefes del ejército apartaron para el ministerio a los hijos de Asaf, de Hemán y de Jedutún, para que profetizasen con arpas, salterios y címbalos; y el número de ellos, hombres idóneos para la obra de su ministerio, fue: [Los] hijos de Asaf, bajo la dirección de Asaf, el cual profetizaba bajo las órdenes del rey. [Los] hijos de Jedutún [ ], bajo la dirección de su padre Jedutún, el cual profetizaba con arpa, para aclamar y alabar a Jehová. [Los] hijos de Hemán, vidente del rey en las cosas de Dios, para exaltar su poder.

2 Reyes 3:15. ¡Tráiganme un tañedor! Y mientras el tañedor tocaba, la mano del Señor vino sobre Eliseo.

Apocalipsis 5:8. Tan pronto como lo tomó, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se arrodillaron ante el Cordero. Todos llevaban arpas, y también copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones de los santos.

Apocalipsis 8:2,6. Y vi a los siete ángeles que estaban en pie ante Dios; y se les dieron siete trompetas. Y los siete ángeles que tenían las siete trompetas se dispusieron a tocarlas.